El deseo de tenerte entre mis brazos.
Ahora que el deseo ha embriagado de alcohol a mi corazón
me doy cuenta de que no puedo vivir sin ti en un mundo que no parece estar hecho para mí.
Mis labios te buscan sin descanso y cada palabra que emito del interior de mi boca
es como una aguja de hierro que se clava aún más adentro de mi ser
cuando tu boca no responde a mi llamada y mi voz se pierde en el olvido.
Quiero que mi lengua muera en el interior de tu boca
y quiero que tus labios sean capaces de darme la vida cuando muera.
No espero que lo entiendas, pero no creo que tampoco sea tan complicado.
Y es que cuando estoy a tu lado, la razón se me nubla y el deseo se vuelve cada vez más insistente.
En esta noche de oscuridad he rasgado con la yema de mis dedos tu boca.
Y tu lengua ha lamido las heridas que tu propia boca me ha infligido.
He surcado tu rostro con el deseo pintado en la cara y me alzado tu mentón
con el fin de tener el control sobre el ansia que me provoca el hecho de estar a tu lado.
Mi sed de deseo es saciada con cada beso que le robo a tu piel
y sin embargo, aunque tendría que quedarme más que satisfecho, me doy cuenta
de que aún necesito más de ti, de tu aroma, de tu perfume, de tu necesidad.
Y es que el deseo de tenerte entre mis brazos es más fuerte que la cordura que me mantiene vivo.
Akasha Valentine © 2010
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