El tiempo que sé ha desvanecido no volverá a nuestro lado.
Estoy convencida de que por más que el viento meza mis cabellos a modo de consuelo
nada volverá a cambiar el hecho de que permití que el tiempo se escapará entre mis dedos.
Y el dolor de esa pérdida me provoca un sin fin de remordimientos que no me dejan vivir.
Mis recuerdos me han tomado entre sus brazos y me llevan a un lugar seguro llamado ayer.
Y allí extrañamente me siento segura y tranquila, tan ligera como una pluma.
Pero aún así no puedo dejar de pensar en ti y en lo mucho que añoro tus abrazos,
en la calidez de éstos, en el aroma de tu cuerpo, en la fuerza de tu pecho.
Y sin darme cuenta le pido al tiempo que me llevé de regreso al ayer.
Pero es demasiado tarde, pues el tiempo que sé ha desvanecido no volverá a nuestro lado,
y eso me parte el corazón y me hiere en lo más profundo de mi ser.
Quiero volver a verte para dejar de sentirme culpable por haberte apartado de mi propia vida.
Anhelo poder sujetarte entre mis dedos y caminar contigo de la mano
para avanzar juntos hacia un lugar mejor, donde sólo estemos tú y yo.
No quiero volver a pintar en tu rostro una nueva tristeza,
pues eso, querido amor, me parte el corazón y me arroja a un abismo de dolor.
Lo que más deseo en esta vida es poder estrecharte entre mis brazos una vez más
y salvarme de una muerte prematura conocida como mal de amores.
Akasha Valentine © 2010
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