Las alas de los ángeles
El cielo esta noche se ha teñido de luto, pues sus amados ángeles se han arrancado las alas
y sus cuerpos marchitos han caído en el olvido de los hombres, donde ya nadie los recordará jamás.
La oscuridad ha cegado de forma momentánea mis ojos
y he comenzado a ser consciente de que ya nada volverá a ser igual.
El edén ha caído y los demonios son los dueños y señores de la tierra prometida.
Y sin embargo aquí sigo, con los ojos cerrados, esperando lo inevitable.
Y por primera vez en mucho tiempo he comenzado a añorar la luz que me fue negada.
Quiero llorar pero no puedo, porque algún maldito demonio se ha llevado mis lágrimas
y ahora no me queda nada más que el recuerdo y la nostalgia de lo que tenía y he perdido.
Los dedos de mi mano ahora se mueven de forma temblorosa esperando encontrar una mano
que los mantenga calientes y tranquilos, pero lamentablemente nadie esta aquí para saciar
esta tonta necesidad que tengo y que parece tan urgente y desesperante.
El viento que nuevamente se ha alzado en este trágico día
trae consigo los llantos y súplicas de los seres humanos que aún no han perdido su fe.
Y aquí estoy yo sin poder decirles que no hay nada más,
que todo en cuanto creían no era más que una cortina de humo.
Y el tiempo de los hombres que con tanto cuidado guardé en mi corazón
ha llegado a su fin, y aún nadie les ha dicho que la muerte hace tiempo ya les ha tocado.
Akasha Valentine © 2010
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