Batistello
Caracciollo. Fotografía: Wikipedia.
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POEMA
X – GRABÉ TU NOMBRE EN MI CORAZÓN. AKASHA VALENTINE.
Cariño,
los segundos parecen haberse quedado dormidos en las manecillas del
reloj y los minutos fijos en los números que inmóviles no hacen
correr las horas como yo quisiera que anduvieran, pues me siento
demasiado herido y vulnerable en estos momentos, y aun siendo
consciente de este hecho hundo con fervor las puntas de mis dedos en
este decrépito piano que me recuerda que el tiempo pasado siempre
fue mejor. Quiero tratar con más humildad a ese momento previo a la
mañana, en el que aún con la cabeza despejada y sin una gota de
alcohol en mi cuerpo, soy consciente de mi propia existencia, aun
cuando sé que el anhelo no te traerá de vuelta a mi cama.
Lo
sé pequeña, he aprendido la lección, y por eso quiero que vuelvas
no sólo a mis sueños, sino también a mi lado, donde deberías
seguir estando, antes de que sea demasiado tarde para ambos. Quisiera
poder cogerte de la mano y dibujar en tu palma corazones invisibles
que te roben una tímida sonrisa cuando sólo yo te mire de reojo
fingiendo no haberte visto. Deseo hablar contigo sin importar el
tiempo que nos lleve ponernos al día de nuestras cosas. Me gustaría
recogerte entre mis brazos y cargarte a mis espaldas todo tiempo que
fuera necesario, para que así los latidos de nuestros corazones
tengan la oportunidad de crear puentes que los unan para siempre.
Llámame
romántico empedernido si quieres, pero por ti daré lo mejor que
tengo, y sin con esto no te es suficiente, llegaré tan lejos como
sea necesario para ser la persona que te mereces. Porque cuando tu
mano se posa sobre mi rostro yo caigo rendido a tus pies para ser
devoto de tu figura, fiel peregrino de tu labios y viajero y
caminante que sin descanso recorre tu figura para dejar una huella
imborrable en ella. Ahora que hemos llegado tan lejos los
remordimientos me comen por dentro. Creía que las mentiras no te
harían daño, pero nunca imaginé que vería brotar de tus ojos
tantas lágrimas como las que dejaste caer aquel día sobre la cama,
que aún húmeda me recuerda el grave daño que te hice, princesa
mía.
Sé
que como hombre no valgo nada sin ti, ahora más que nunca soy
consciente de ello, por eso quiero traerte de vuelta a mi lado, para
subsanar mi errores y darte lo que siempre me pediste. Quiero coger
tu mano y bailar contigo esta y todas las noches que unidas formen
nuestros días, para besarte con fuerza y robar de tus labios un “te
quiero vida mía”, con el que reparar las imperfecciones que me
hacen ser como soy a día de hoy. Penitente y hundido estoy, la luz
del día ya no me calienta como solía hacerlo cuando podía
disfrutar de tu visión incluso en la mañana más oscura.
Ruego
que escuches mis palabras, pues poco más tengo que decir, salvo que
me siento demasiado solo sin ti, y ahora que estás tan lejos de mí,
comprendo cómo te hacía sentir. Por eso quiero que veas que nada
volverá a ser igual, ahora tengo un propósito y una razón por la
que existir, y para que no me olvide de ello he grabado tu nombre en
mi corazón a fuego, para que cuando cicatrice la herida no olvide
nunca que un día sufrí una enfermedad llamada mal de amores.
-FIN-
Akasha
Valentine: http:// www.akashavalentine.com
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