Besos de amor en el paraíso.
Si las lágrimas de mi rostro tuvieran palabras te pedirían que esta noche no te fueras de mi lado.
Si el dolor de mi rostro no es capaz de detenerte esta noche, ya no sé qué otra cosa podría hacerlo.
Si tus ojos no son capaces de darse cuenta de mis sentimientos, es que entonces nunca fuiste mi amor verdadero y por lo tanto estamos perdiendo el tiempo.
Ven, acércate hasta mí y no tengas miedo de abrazarme con fuerza, pues no soy una frágil muñeca.
Quiero sentir el perfume de tu cuerpo, la hombría de tu ser, los fuertes músculos de tu cuerpo.
Quiero oír el bello latido de tu corazón, quiero oír siempre esa melodía que suena sólo para mí.
Quiero pensar que mi corazón ha creado un puente que va directo hasta tu pecho.
Quiero creer que este abrazo durará para siempre.
Tengo la tonta necesidad de se sentirme refugiada entre tus besos.
Y la añoranza de sentirme protegida entre tus brazos.
Necesito sentir tu cuerpo junto al mío. El peso de tus músculos atrapar mis desnudos pechos.
Necesito sentir tu lengua alrededor de mi cuello.
Necesito que tus labios se ahoguen en mi cuello y me hagan enloquecer de placer.
La luz de la luna será nuestro testigo esta noche.
La belleza de la noche guardará como un preciado tesoro los gemidos de mi boca.
La ventana cercana a nuestra cama guardará con recelo ese amor que nos procesamos.
Ese vacío que pensaba que existía entre los dos ha desaparecido esta noche.
Esa extraña paz que ha comenzado a inundar mi corazón me ha servido para darme cuenta de que
los besos de amor en el paraíso saben mucho mejor.
Akasha Valentine © 2010
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