La promesa del corazón.
Tengo la tonta necesidad de seguir encontrándome en el interior de tus ojos.
La extraña ambición de seguir siendo la primera persona en tu corazón.
Tus recuerdos más deseados y tus sueños más anhelados.
Tengo la tonta necesidad de seguir esperándote en cada esquina de cada calle.
Y la razón, que es más sabia que el mismo corazón, me hace darme cuenta de mi gran error.
Y es entonces cuando la promesa que le hiciste a mi corazón me abandona
cual ave que surca los cielos en busca de un lugar mejor donde poder vivir.
Y es entonces cuando deseo que las llamas del mismo infierno
me consuman hasta hacerme desaparecer.
Abro los ojos en mitad de la noche esperando encontrar algo que me devuelta a ti.
Pero lamentablemente, lo único que encuentro son los recuerdos de un ayer
y los de un pasado que no volverá y que, por supuesto, no se repetirá.
Y es entonces cuando tu imagen se desvanece delante de mis ojos,
como si no hubieras existido.
Y esos sentimientos tan contradictorios me hieren y me matan por dentro.
Y es que una promesa al corazón es como una daga envenada,
uno necesita de la persona que se la hizo para tomar el antídoto contra este mal de amor.
Akasha Valentine © 2010
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