Jean-Auguste-Dominique
Ingres. Fotografía: Wikipedia.
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POEMA XII – UNA LUZ SE APAGÓ. AKASHA VALENTINE.
Una
mano sobre mi hombro, sus dedos apoyados sobre su curva y, ¿sabes lo
que te digo? Que no me reconfortan nada, y ni tan siquiera sirven
para aliviar al menos durante unos breves segundos el dolor que
siento en mi interior. ¿Por qué no encuentro el consuelo? Pregunto
de inmediato a la razón. Pero la respuesta aún se me escapa de las
manos, y si la tengo sujeta por las puntas de mis dedos se desvanece
en cuanto la acerco a mi cara para oírla. Mi mundo ha perdido su
color y su brillo, y nada puede volver a ser como lo era antes, no
puedo seguir viviendo en el ayer, pero el futuro me resulta demasiado
inseguro, así que dando tumbos de un lado para otro me quedo en el
presente con los pies desnudos pegados al suelo y con las manos
alzadas en el aire para seguir moviéndome al antojo del aire. Si
hubiéramos tenido la oportunidad me hubiera encantado verte de vez
en cuando, de forma esporádica o intencionada; sé que lo hubiéramos
disfrutado, pues habríamos hablado de todo y a la vez de ningún
tema en concreto, pero sé que estaríamos juntos en la misma
habitación compartiendo caricias, abrazos, besos y sueños, donde
los dejaríamos dormitar hasta que fuéramos lo suficientemente
mayores como para dejar a un lado nuestro orgullo y volver juntos a
casa cogidos de la mano. Pero ya es tarde, ¿verdad? Mis sueños aún
sin gestar sé que nunca más se cumplirán, pues aunque cave con mis
propias manos la tierra en la que fuiste enterrado no podré
alcanzarte nunca más, y aunque logre semejante hazaña será
demasiado tarde para darte el aliento vital y hacer que tu corazón
vuelva a calentar de nuevo tu cuerpo. ¿Qué puedo hacer si el ayer
me parece más seductor que el mañana? Me cuesta creer que todavía
exista en el mundo una emoción tan dolorosa que no se pueda aliviar
con medicinas, no es fácil ni agradable pero ahí está, agazapada
en mi pecho, envolviéndome con sus diminutos brazos, fundiéndose
con mi alma, llevándome cada segundo que pasa a una realidad que me
es difícil digerir. Me siento tan sola, pues tras tu partida sé que
nada volverá a ser lo mismo, creer que alguien a quien amas con
todas tus fuerzas estará ahí para siempre es realmente un
pensamiento estúpido pero necesario, pues nos da esperanzas, y
quizás esa mano que ahora no aprecio lo suficiente será mi punto de
partida para salir adelante. No es que no quiera, o es que te haya
empezado a olvidar, ¿cómo podría hacerlo? Tú que siempre fuiste y
serás el amor de mi vida, no te irás tan fácilmente de mis
pensamientos; sólo quiero saber si soy capaz de poder dar un paso
sola, ahora que tú ya no estás ahí para cogerme cada vez que
caiga. Qué fácil hubiera sido rendirse sin luchar, sin absurdas
peleas que a ninguna parte nos han llevado; me gustaría volver al
refugio de mis sueños donde tú aún sigues viviendo sin cambiar de
aspecto. Cariño, mírame desde donde quiera que estés, ahora es el
momento de darme tu apoyo, porque te necesito más que nunca, seré
la luz que siempre quise ser, y te juro que cuando mi brillo se
apague volaré para estar a tu lado y así poder estar contigo
eternamente.
Akasha
Valentine: http:// www.akashavalentine.com
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