Miradas olvidadas.
Aunque ya no quieras verme sabes que ese amor que siento por ti jamás morirá.
Intento ahogar mis penas en el fondo de esta copa de cristal,
pero me resulta imposible sumergirlas del todo.
Mi voz se pierde entre el bullicio como si mis palabras no significaran nada.
Mis ojos se desvían para buscarte entre la multitud que se agolpa entre estas cuatro paredes.
Y sin darme cuenta el color verde de mis ojos acaba chocando con el color carne de tu desnuda piel.
Te miro, pero siento que tú no me ves, o que me ignoras con algún tipo de fin.
Tus labios besan la copa de cristal que un camarero te ha servido con más amor
que al resto de los clientes que vienen habitualmente a este bar.
Envidio al líquido trasparente que ingieren tus labios y que recorre tu garganta hasta morir
en el interior de tu cálido cuerpo.
Le susurro palabras de amor al aire para que así las transporte el viento.
Y las pose con cuidado sobre tus oídos para que seas consciente de que mi amor por ti no ha muerto.
Vuelve a mirarme, a pronunciar mi nombre, a cubrirme con tu cuerpo,
a llenarme de besos secretos, a pronunciar palabras de amor que sólo tu y yo conocemos.
Un amor como el nuestro no puede morir como el atardecer de una tarde de verano.
Así que te suplico que vuelvas a mi lado, para que así el amor que un día nos profesamos
no muera sobre una copa de vino manchada por el carmín de tus labios.
Akasha Valentine © 2010
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